

ROCÍO CARRIÓN
VALENCIA. El Bioparc Ignacio Docavo de Valencia abrió ayer sus puertas con una fiesta al más auténtico estilo americano. Cientos de periodistas, cámaras de televisión y fotógrafos, invitados y las máximas autoridades autonómicas y municipales disfrutaron de los 80.000 metros cuadrados en los que se han recreado ambientes de África como el bosque ecuatorial, la sabana seca y húmeda, y la isla de Madagascar.
Flamencos, fosas, lémures, suricatas, facoqueros y mangostas pueblan ya el Bioparc, junto a hienas, puerco espines, pitones, rinocerontes, cebras, avestruces, marabúes, leones, jirafas, antílopes, elefantes, nutrias o leopardos. La satisfacción fue la norma predominante entre los privilegiados visitantes que ayer se sumergieron en esta cuidada recreación de hábitats naturales, donde los animales, la vegetación y el paisaje forman un conjunto que invita a descubrir la complejidad de los ecosistemas naturales.
A este este espacio, junto al que se abrirá el futuro parque de atracciones de Valencia, se sumarán 20.000 metros cuadrados en una futura ampliación para crear hábitats de los continentes asiático y americano. Ha supuesto una inversión de 60 millones de euros y pretende reunir a 4.000 animales de 250 especies diferentes.
Bioparc se ha concebido desde el concepto de zoo-inmersión para conseguir que el visitante se sumerja en estos hábitats sin barreras visibles entre personas y animales. Bioparc, se alza además como plataforma de concienciación para la conservación del medio ambiente y las especies en peligro de extinción. Todos los animales que aquí habitan provienen de otros zoos europeos o de programas de reproducción de especies en peligro de extinción. A largo plazo, gracias a estos programas de reproducción, se espera poder llegar a repoblar los hábitats de origen de estas especies amenazadas.
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